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viernes, 27 de mayo de 2011

Me partí por la mitad y dejé la peor parte

Echo de menos la ilusión por levantarme cada mañana. Echo de menos sentirme especial, las tardes de lluvia enredados entre las sábanas de tu cama, el sabor a chocolate de tus labios. Echo de menos imaginarme a tu lado cada día, ilusionarme por una llamada o un sencillo mensaje de texto, vestirme pensando qué imaginarás al verme. Echo de menos pensarte, soñar con tus brazos rodeando cada centímetro de mi piel, las sonrisas cargadas de magia, el calor que desprendías en las noches del frío de Noviembre. Echo de menos los días que pasaban volando y las noches eternas repletas de "te quiero", la seguridad de saber que siempre ibas a estar, el susurro de tu voz en mi oído, esa mirada que me dejaba anonadada.

Echo de menos tantas cosas... Pero, sin lugar a dudas, lo que más echo de menos es tener a una persona a la que poder dedicarle estas necias palabras.









Hace mucho que espero. Tal vez desde aquel día busqué (sin bien saber) tu cuerpo verdadero.

(Luis Antonio de Villena, Adveniat tuum regnum)

domingo, 15 de mayo de 2011

All I want to do in this lifetime is make you mine

Parece irónico que en el hipotético caso de que todo hubiera sido real, ni si quiera esa verdad hubiera merecido la pena. Todo se ve borroso y lleno de bruma que intenta tapar lo que de verdad se esconde tras esos ojos misteriosos. Nada es comprensible o entendible si se trata de las frases tan tenues que tus labios dejan escapar. Soy incapaz de ver más allá de ti y, sin embargo, sé que aún no eres tú a quien veo.

El dilema viene cuando eres consciente de que aquello que tú creías real no es más que una mera ilusión. Y es ahora, al no reconocer ni tu mismo rostro en el espejo, cuando todo comienza a ser de verdad. Una desastrosa red de hechos que hace que tu vida se torne en locura, y la locura se haga realidad.
Y es que, por mucho que intente evitar lo inevitable, no tengo el suficiente valor de admitir que esto es lo que tengo y que posiblemente no vuelva a tenerte jamás por el simple hecho de que nunca fuiste mío.








¡Cuándo podré dormir con ese sueño en que acaba el soñar!


(Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas)

jueves, 12 de mayo de 2011

Nuevas distancias nos aproximarán del alto de un cielo

Se dice que un diamante en bruto es una piedra enquistada en la pared de una mina que, al ser substraída y pulida, se convierte en una preciosa gema que llega a valer millones.

A simple vista, nunca llama la atención. Puede llegar a considerarse hasta barro para aquellos ojos que no sepan ver más allá de lo evidente. Pero siempre llega alguien. Alguien que consigue ser consiciente del valor que tiene esa piedra, de lo bonita que puede llegar a ser, y ese alguien es quién alcanza su logro más alto al estraerla y convertirla en tesoro.

La gente necesita ser pulida. Tú necesitas ser pulido, porque, aunque nadie aun lo sepa, tú eres esa preciosa gema que algún día deslumbrará en las noches más oscuras. Sólo necesitas tener paciencia, curtirte con el tiempo, ser lo que tú quieres ser. Y un día, el dragón que llevas dentro alimentará el fuego de tu alma y conseguirá sacar de ti ese brillo tan abstracto y peculiar que conseguirá dejar boquiabiertos a todos aquellos que en su día no quisieron apreciarte.

Lo sé. Créeme. Tú eres un diamante en bruto.





Dentro de ti hay mucho más de lo que tú conoces.

(Laura Gallego, Memorias de Idhún)

miércoles, 11 de mayo de 2011

Mal sueño será que fue inventado todo con palabras

Yo solía tener un plan infalible, un plan perfecto ¿sabías? Solía.

Había decidido ser feliz por mí misma y no por depender de los demás, a ponerme guapa cada mañana por el simple hecho de sentirme a gusto con mi compañía, a colorear el tiempo con las sonrisas que me encontraba a cada paso que daba por la calle.

Tenía en mente olvidar todos los recuerdos que nunca existieron pero que siempre vivirán, estaba concienciada a alejarte de mi mente y tirarte a la basura como si de un papel de bombón se tratase. Sabía que podía conseguirlo, yo era más fuerte que todo eso. Era.

Pero entonces aparecisté tú con tu estúpida sonrisa perfecta, con esa mirada evocadora del pasado. Si, esa que tanto me gustaba y que ahora tanto odio. Llegaste tan natural como solías hacerlo, andando despacio y con aires de superficial, pero yo te conozco, o al menos solía hacerlo, y tú no eres así.

Y sí, conseguiste que aquello que ya tenía entendido y aprendido se me olvidara de golpe, hiciste trizas mi plan perfecto y desmoronaste cada esperanza que tenía de vivir sin tí en el pensamiento. Recaí. Como se recae en las drogas. A fin de cuentas, tú fuiste mi droga y yo siempre seré una ninfómana de tus labios.

Solía tener un plan infalible, un plan perfecto ¿sabías? Solía.









Creerñe que fue soñado. Que aquello, tan de verdad, no tuvo cuerpo, ni nombre. Que pierdo una sombra, un sueño más.



(Pedro Salinas, La Voz a Tí Debida)

martes, 3 de mayo de 2011

Pero no es fácil sobrevivir a base de sueños

Contemplé desde la lejanía como la niña hacía pompas de jabón. Era feliz al ver como su propio aliento podía hacer volar a esas pequeñas esferas trasparentes. Sus sueños volaban con ellas. Sus deseos quedaban realizados a cada suspiro que formaba el mejunge magico. Era su don más preciado. Su cara estaba pintada con la sonrisa más inocente y tierna que jamás he podido observar. Las pompas reflejaban la ilusión por un futuro impreciso. Pero esa ilusión no perduraba en el tiempo. Al flotar, las pompas eran acariciadas por el viento, y este, aun sin ninguna mala intención, terminaba por arrastrarlas a su perdición. Su fuerza conseguía hacerlas estallar y desvanecerse en el mismo aire en que nacieron. Su vida duraba a penas unos segundos, y la cara de la niña perdía la sonrisa cuando las pompas desaparecían. Los sueños explotaban con estas y el deseo por el futuro acababa por evadirse. Entonces, la niña volvía a soplar y todo el proceso se repetía de nuevo. Sonrisa. Tristeza. Agonía. Deseo. El circulo vicioso de la vida nunca tiene un final.





Y todo en la memoria se perdía como una pompa de jabón en el viento.


(Antonio Machado)